ELENA GARRO Y LOS RECUERDOS DEL PORVENIR , LECTURA COMPARTIDA MES DE MARZO

 

Impulsiva y rebelde, peleona y valiente así era Elena Garro ( Puebla 1916 - Cuernavaca 1998 ) una escritora y periodista mexicana precursora del realismo mágico y una de las grandes voces de la literatura latinoamericana que durante mucho tiempo fue ignorada como escritora y sí conocida como la mujer o exmujer de Octavio Paz o amante de Adolfo Bio Casares.

Alicia Llarena nos define el realismo mágico como: convertir en ordinario aquello que resulta fantástico en la realidad convencional. Esta obra literaria junto con Pedro Páramo ( 1940 )  del escritor Juan Rulfo se consideran precursoras de este movimiento literario boom de la literatura hispanoamericana

Los recuerdos del porvenir (1963) es la novela más exitosa de Elena Garro narra la historia de Ixtepec un pueblo situado al sur de México azotado por la guerra de los cristeros (1926-1929 ) y sometido a los abusos de poder del general Francisco Rosas. 

En la primera parte de la novela se despliega la belleza de Julia Andrade, querida del general que secuestra al pueblo y su violencia crece o merma según su relación con Julia además de la llegada del forastero Felipe Hurtado que trae la ilusión a estos habitantes con el teatro.

La segunda parte tiene como protagonista a Isabel Moncada y aborda temas como el papel de la mujer en la sociedad ; el patriarcado, el racismo, el fracaso de la Revolución mexicana y muchos paralelismo que nos recuerdan a la novela Cien años de soledad (1982 ) de Gabriel García Márquez.

Otro de los aspectos que nos ha llamado  la atención en la novela es que el pueblo de Ixtepec es el narrador de la historia y actúa como un personaje más de la novela.

Aquí estoy, sentado sobre esta piedra aparente. Sólo mi memoria sabe lo que encierra. La veo y me recuerdo, y como el agua va al agua, así yo, melancólico, vengo a encontrarme en su imagen cubierta por el polvo, rodeada por las hierbas, encerrada en sí misma y condenada a la memoria y a su variado espejo. La veo, me veo y me transfiguro en multitud de colores y de tiempos. Estoy y estuve en muchos ojos. Yo solo soy memoria y la memoria que de mí se tenga”.

Nos ha parecido magistral el uso del lenguaje hasta convertirlo, en la primera parte más que en la segunda, en prosa poética. Sirva de ejemplo la descripción que hace de la casa de la familia Moncada donde a su vez nos hace una premonición de lo que va a ocurrir.

En esta calle hay una casa grande, de piedra, con un corredor en forma de escuadra y un jardín lleno de plantas y de polvo. Allí no corre el tiempo: el aire quedó inmóvil después de tantas lágrimas. El día que sacaron el cuerpo de la señora de Moncada, alguien que no recuerdo cerró el portón y despidió a los criados. Desde entonces las magnolias florecen sin nadie que las mire y las hierbas feroces cubren las losas del patio; hay arañas que dan largos paseos a través de los cuadros y del piano. Hace ya mucho que murieron las palmas de sombra y que ninguna voz irrumpe en las arcadas del corredor. Los murciélagos anidan en las guirnaldas doradas de los espejos y “Roma y Cartago”, frente a frente siguen cargados de frutos que se caen de maduros. Sólo olvido y silencio. Y sin embargo en la memoria hay un jardín iluminado por el sol, radiante de pájaros, poblado de carreras, y de gritos. Una cocina humeante y tendida a la sombra morada de los jacarandas, una mesa en la que desayunan los criados de los Moncada. (páginas 10-11)

Elena Garro ha sido una escritora polémica rodeada de desgracias, disputas...e incluso el exilio desde 1968 hasta 1993 pero en la actualidad las nuevas generaciones están valorando su obra y el significado que ha tenido para la literatura mexicana.