Oscar Wilde quiso dejar su ingenio en sus obras, buscando por encima de todo el placer, y retratando la sociedad victoriana de finales del siglo XIX con un humor ácido y mordaz , así nos lo ha hecho ver al Club de lectura de la Biblioteca, en el mes de Febrero.
Aunque irlandés de nacimiento Oscar Wilde termina sus estudios universitarios en Londres donde los combina con viajes por Francia, Italia, Grecia y Estados Unidos impartiendo conferencias sobre su teoría acerca de la filosofía estética. Wilde
comienza a trabajar como periodista y a escribir algunas de sus
mejores obras, entre ellas algunos cuentos. En 1891 escribe su única novela El retrato de Dorian Gray pero sobre todo será elogiado por las obras de teatro que escribe entre 1882 y 1885, El abanico de lady Windermere, Una mujer sin importancia, El marido ideal y La importancia de llamarse Ernesto, todas ellas conforman un conjunto de joyas dramáticas, cargadas de un humor chispeante, agudo y a veces cínico.
La buena fortuna, el prestigio, el poder de su opinión en cuestiones artísticas y literarias, las fiestas... se verán truncadas por la falta de tolerancia de la rígida sociedad inglesa donde la
homoxesualidad era
considerada delito y por esa misma razón es juzgado y llevado a
prisión durante dos años con trabajos forzados.
Con el retrato de de Dorian
Gray, el autor mezcla realidad y fantasía para mostrarnos al joven Dorian, dueño de una belleza extrema que no se altera con el paso del
tiempo debido a un pedido que le hizo a los dioses y que está
relacionado con un perfecto y enigmático autorretrato que le realizó
Basil Hallward,
reconocido
pintor que durante la novela expresa una especie de obsesión amorosa
hacia su modelo, al que considera el motivo de la nueva manera de
expresar su arte; en el escenario aparece un tercer personaje, en quién el autor lo carga de ironía: Henry
Wotton, amigo
del artista, que influenciará de manera más que trascendental en el
crecimiento y en los pensamientos de Dorian Gray, haciéndole creer,
entre otras tantas cosas, que la satisfacción de los deseos y la
belleza son las únicas cuestiones que valen la pena en la vida.
En
una carta a un amigo, Wilde escribía que los personajes del Retrato de Dorian Gray son diferentes formas del reflejo de sí mismo, expresando que "Basil Hallward es quien yo
creo ser, Lord Henry quien los demás piensan que soy y Dorian quien
me gustaría ser en otras épocas.
Pero para entender bien esta obra literaria tenemos que recordar los movimientos artíticos-literarios imperantes en la época, como son el esteticismo: movimiento artístico inglés basado en la doctrina de que el arte existe en beneficio de su exclusiva belleza y que ésta tiene que ser elevada por encima de la moral y los temas sociales; el decadentismo: corriente artística, filosófica y principalmente literaria, que arremete contra la moral y las costumbre burguesas y pretende la evasión de la realidad cotidiana, exalta el heroísmo individual y desdichado y explora las regiones más extremas de la sensibilidad del inconsciente; el hedonismo: doctrina filosófica basada en la búsqueda del placer y la supresión del dolor como objeto o razón de ser de la vida. Esta filosofía de la vida se observa en las alusiones al placer que hace lord Henry y que luego seguirán Dorian Gray y el dandismo: un estilo de vida con normas sociales y morales caracterizado por dar mucha importancia al atuendo y a la moda con un estilo refinado y elegante.
La novela en sí sigue una estructura lineal, compuesta por un texto en su mayoría dialogado, con conversaciones ingeniosas y provocadoras donde vamos a conocer a ese buen conversador que fue Oscar Wilde, arrancándonos en muchas ocasiones una sonrisa sobre todo en los comentarios de Lord Henry.
El tema principal de la novela es el de la Eterna Juventud que viene a recordarnos al mito de Fausto reflejado en la novela de Goethe. El doctor Fausto es el personaje que vende su alma al diablo Mefistófeles a cambio de juventud y poderes hasta que muera y le ayude a conseguir el amor de la bella Margarita. Otro mito clásico que nos puede recordar al leer la novela es el de Narciso, ese joven de gran belleza que al ver reflejada su cara en el agua de una fuente se enamora de sí mismo, éste murió ahogado al arrojarse a la fuente para alcanzar su imagen. Muchos temas más se verán reflejados en la novela tanto la decadencia de la sociedad ( bajo el reinado de Victoria I) como la de Dorian y la corrupción de su alma, así como la vanidad, la arrogancia, la perversidad, el homoerotismo y la moral hipócrita de la sociedad de la época.
Como hemos comentado anteriormente esta novela está repleta de frases ingeniosas de este autor que cautivaron a la sociedad londinense y que aún hoy se siguen recordando, te invito a que alimentes este blog con ellas.
Es bastante dificil no ser injusto con lo que uno ama.
ResponderEliminarHoy día la gente sabe el precio de todo pero el valor de nada.
ResponderEliminar- Solo hay una cosa en este mundo peor que el que hablen de uno, y es que no lo hagan.
ResponderEliminar- Hoy en día, un corazón destrozado produce un gran número de ediciones.
- Sólo discute el que se encuentra perdido intelectualmente.
- Creo que sería una bonita disculpa: tendría toda la sorpresa de la sinceridad.
- Los niños empiezan queriendo a sus padres; a medida que crecen los juzgan; algunas veces los perdonan.
- Cuando una pesonalidad me fascina, cualquier forma de expresión que elija me es absolutamente deliciosa.
- Cada uno de nosotros lleva en sí el cielo y el infierno.
- Lo que el fuego no destruye lo endurece.