Con la celebración de este día, la UNESCO, pretende impulsar y preservar el género lírico, como manifestación de la diversidad en el diálogo, de la libre circulación de las ideas por medio de la palabra, de la creatividad y la innovación.
Una cita que nos invita a reflexionar sobre el poder del lenguaje poético y que en la Biblioteca hemos querido fomentar con un TALLER DE POESÍA donde se han fusionado la música para recitar los poemas del escritor Manuel Espejo y la creatividad de artistas locales ( el escultor Sergio Amaya y la pintora Purificación Jiménez) que le han dado imagen a cinco poemas de este autor baenense.
ASÍ SE
ESFUMA MI CANSANCIO
Así despierto,
un día cualquiera de
mayo,
con el dulzor de tus
pechos en mi boca,
y mordiendo suavemente,
uno a uno, los pétalos de
tus rosas.
Así despierto,
cualquier mañana de mayo,
en el sublime espacio
que me da tu boca.
Así despierto
y al instante,
se esfuma mi cansancio,
mientras aspiro
lentamente,
de tu cuerpo su aroma.
Así se marcha mi
cansancio,
simplemente , con un beso
de tu boca…
ALMEDINA
Luna de la Almedina,
sombras de un pueblo blanco,
caricias, entre tus calles adormecidas,
silencio que buscas descalzo,
tu madrugada de espinas.
VACÍO
Habiendo
amado hasta el extremo,
me
llegó sin darme cuenta,
el
vacío más grande,
el
mismo que ahora siento,
intenso,
tan intenso,
como
el dolor que me atraviesa,
en
este instante al recordarte…
Segio Amaya con la escultura que simboliza el poema "algún día me iré" |
ALGÚN DÍA
ME IRÉ
Algún día me iré,
algún día el cansancio
será mi enemigo,
algún día mi voz se
llenará de silencio,
se callará sin reservas,
se consumirá en la
espera,
paladeando palabras que
aún recuerdo,
empapadas de nostalgia
y todas aquellas de las
que me olvido.
Algún día me iré,
con mi soledad, sin que
elija yo el camino,
aquel que un día sembré
de esperanza,
alimenté con errores,
bebiéndome el elixir de
todo lo indefinido.
Me sacié de besos,
me dejé llevar en un
cruce de caminos,
me perdí por dentro,
descolgué mis gritos,
me jacté de mis propios
desaires,
bebí de otros pechos
prohibidos.
Acaricié nombres que
quemaron mi aliento,
vacié mis manos de
caricias,
retiré con insolencia la
mirada,
me quedé por dentro vacio
y por fuera los sentidos…,
ya no contaban,
no sentían el tacto
prohibido,
no miraban mis ojos
lascivos con ganas,
no saboreaba bocas
pintadas,
ni tan siquiera escuché
tu llamada,
susurrando mi nombre al
oído,
ni aspiré con deseo tu
fragancia,
ni me emborraché de rosas
y vino.
Algún día me iré,
minúsculo,
como grano de arena que
colma el desierto,
efímero como un suspiro,
frágil como rama que
dobla el viento,
o como el reproche de tu
mirada,
que duele en lo más
profundo del alma,
sin que pueda detenerlo.
Algún día me iré,
vacio, por fuera y por
dentro,
vacio...
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