lunes, 31 de marzo de 2025

LA VEGETARIANA LECTURA COMPARTIDA DEL MES DE MARZO EN EL CLUB DE LECTURA

 

El pasado 27 de marzo  el club de lectura nos reunimos en torno al libro La vegetariana  de la reciente premio Nobel Han Kang. Un título rompedor y polémico  con el que exploramos múltiples aristas de la novela desde el contexto histórico y social de Corea hasta las profundas interrogantes sobre la identidad, el género y la resistencia ante la opresión. A continuación, comparto las reflexiones y debates que surgieron en torno a esta obra.

Comenzamos nuestro debate hablando de la historia de Corea un país oprimido por las múltiples conquistas y la situación actual de ésta resaltando el  magnífico prólogo de Gabi Martínez. Éste nos situó en el contexto actual de este país  destacando aspectos como: el ingente crecimiento económico y el avance del capitalismo, que está inspirando a una vanguardia de pensadores críticos  que acuñaron el término " sociedad del cansancio " para definir el decadente estado del capitalismo actual.  La experiencia colectiva de conflictos y transformaciones históricas se traduce en una sociedad que, aún en la modernidad, se rige por la disciplina, la jerarquía y el esfuerzo personal que se ve marcada por el alto índice de frustración, suicidios y el consumo exacerbado de alcohol.

También nos ha sorprendido que  a simple vista La vegetariana parece narrar la historia de una mujer que decide dejar de consumir carne, sin embargo la novela va mucho más allá. La decisión de Yeonghye se transforma en un acto de rebeldía radical, una forma de escapar de las imposiciones de una sociedad patriarcal que históricamente ha relegado a la mujer a un rol secundario y despersonalizado. La protagonista, en su silencio y en sus negaciones rotundas, pone en evidencia el arrinconamiento y la invisibilización de la figura femenina en un sistema opresivo y violento.

Otro de los aspectos que no pasamos por alto fue la singular prosa de Han Kang. Su escritura se caracteriza por una claridad minimalista que, sin recurrir a florituras innecesarias, consigue evocar imágenes potentes y simbólicas. Cada palabra parece cuidadosamente elegida para transmitir estados emocionales intensos y para abrir espacios de interpretación que conectan lo cotidiano con lo surrealista. Este estilo nos invita a leer entre líneas, descubriendo en cada frase corta un universo de sensaciones y reflexiones. También las tres voces narrativas de la novela, que van a sustituir a la voz de la protagonista, fue un punto del debate. Tres partes, cada una con una voz distinta que ofrece una visión parcial de la historia:

  • La Vegetariana: Narrada desde la perspectiva del marido, se percibe la incomprensión y el distanciamiento ante el cambio radical de su esposa.

  • La Mancha Mongólica: A través del cuñado, se insinúa el poder simbólico y artístico de la transformación, cuestionando la estética y la integridad del cuerpo.

  • Los Árboles en Llamas: La voz de la hermana In-Hye aporta una mirada íntima y dolorosa, revelando la compleja red de emociones y la tragedia de la marginalización. 

Esta división en voces nos permite ver cómo cada personaje interpreta el fenómeno de Yeonghye desde su propia realidad, enriqueciendo el relato y mostrando la multiplicidad de significados que encierra la obra.

Durante la discusión, abordamos también el tema de la salud mental en la novela. Yeonghye exhibe comportamientos que, en un primer momento, podrían interpretarse como signos de enfermedad mental. Sin embargo, lejos de ser un diagnóstico simplista, estos comportamientos se presentan como una respuesta extrema a un sistema opresivo y violento. La aparente inestabilidad de la protagonista se revela como un grito de rebeldía contra una sociedad que impone normas rígidas, subrayando la complejidad de definir la “normalidad” en un contexto tan hostil.

Otro tema que generó un debate apasionado fue el deseo de Yeonghye de transformarse en una “mujer-árbol”. Este anhelo no solo simboliza la búsqueda de una identidad más pura y conectada con la naturaleza, sino que también encuentra resonancia en la teoría del movimiento de las plantas de Darwin. Según esta teoría, las plantas pueden considerarse como seres “invertidos”: sus órganos sensoriales y, en cierto modo, su “cerebro” se sitúan en la parte inferior, mientras que sus órganos reproductivos se encuentran en la parte superior. Esta imagen invertida refuerza la idea de una reconfiguración radical de la identidad, donde lo femenino y lo natural se unen para desafiar los cánones tradicionales del orden social.

Esta idea de la mujer-árbol, según la escritora en una de sus entrevistas, surge con la  influencia del verso de Yi Sang , la frase “Creo que las personas han de ser plantas” se convierte en una metáfora de la transformación, la fragilidad y la resiliencia. Para la autora, esta imagen sugiere la posibilidad de crecer, adaptarse y, a la vez, renunciar a la rigidez de las estructuras sociales que asfixian la verdadera esencia

La reunión del club de lectura sobre La vegetariana nos permitió explorar una obra rica en significados, en la que cada elemento –desde su contexto histórico hasta sus múltiples voces narrativas– invita a repensar la identidad, la resistencia y la transformación. La prosa minimalista y evocadora de Han Kang, junto con la profunda carga simbólica de sus personajes, nos ofrece una ventana a las contradicciones de una sociedad que, pese a sus logros, sigue lidiando con los vestigios de la violencia y la opresión.

Esta reflexión colectiva no solo enriqueció nuestra comprensión de la novela, sino que también nos impulsó a cuestionar cómo interpretamos las respuestas humanas ante un sistema que muchas veces parece diseñado para reprimir y marginalizar lo diferente. Y con muchas ganas de seguir debatiendo sobre esta novela el próximo 7 de abril nos reuniremos en Córdoba con el resto de clubes de lectura de la provincia dentro de la actividad bianual denominada " Lecturas redondas " para seguir debatiendo sobre esta gran obra literaria.


" Hacer preguntas, eso es para mí escribir. No escribo respuestas, simplemente me afano por responder preguntas, trato de permanecer mucho tiempo dentro de ellas. De rodillas, arrastrándome otras veces, espero llegar hasta el final, hasta el centro (aunque sea imposible). Esta novela es también una pregunta imposible. Hay una mujer, un ser humano que ya no quiere formar parte de la humanidad…”




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