El azar ha hecho que este libro caiga en nuestras manos, pues en un principio no estaba programado en las lecturas del año, y ha sido todo un placer descubrir a uno de los autores africanos más influyente de los últimos tiempos, aquel que Nelson Mandela leía en su celda, Albert Chinualumogu Achebe (Ogidi, 1930- Boston, Massachusetts, 2013) que ya en la Universidad reniega de su nombre británico y toma como nombre indígena Chinua ( que significa en su lengua natal Dios luchará a mi favor).
Hijo de un profesor en un colegio misionero, tras graduarse en la Universidad viaja por África y América, dedicándose por un corto periodo de tiempo a la enseñanza. En la década de los 60-70 dirigirá La Voz de Nigeria y colaborará con Okike, una de las revistas literarias más influyentes de África. En 1990 se traslada a vivir a Estados Unidos, donde tras sufrir un accidente de tráfico que le deja postrado en una silla de ruedas, muere el 21 de marzo de 2013.
Hijo de un profesor en un colegio misionero, tras graduarse en la Universidad viaja por África y América, dedicándose por un corto periodo de tiempo a la enseñanza. En la década de los 60-70 dirigirá La Voz de Nigeria y colaborará con Okike, una de las revistas literarias más influyentes de África. En 1990 se traslada a vivir a Estados Unidos, donde tras sufrir un accidente de tráfico que le deja postrado en una silla de ruedas, muere el 21 de marzo de 2013.
Todo se desmorona es una obra escrita originariamente en inglés en 1958. Fue una de las primeras novelas de autores africanos aclamada internacionalmente, ambientada en el sudeste de Nigeria, hacia finales del siglo XIX, donde nos muestra la cultura Igbo antes de la llegada de los europeos "el hombre blanco".
Okonkuo es el protagonista de esta historia, que junto a sus tres esposas, sus hijos Nwoye y Ezinna e infinidad de personajes más nos hablará de las costumbres de su pueblo, incluso las más difíciles de entender para los occidentales, de esos símbolos como los Egwugwu, ancianos con máscaras, vistos como dioses ancestrales, que sirven de jueces a la comunidad, oyen reclamos, establecen castigos y deciden en conflictos... de la tradición de la literatura oral como una forma de entretenimiento, de la importancia de cultivos como el ñame...todo un sin fin de símbolos que nos viene a mostrar la cultura de un pueblo y como este equilibrio se va desmoronando rompiendo las bases tradicionales de la población autóctona, con la llegada de los misioneros europeos.
Sin duda una novela que nos ha gustado por los valores de la cultura Igbo que se interna al mismo tiempo en los problemas que la colonización europea trae consigo y donde Chinua Achebe hace una ferviente crítica.
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