Nuestra primera entrada en este blog en el mes de marzo ha sido para hablar de la novela El lector, pero te has preguntado alguna vez ¿ qué tipo de lector eres? La revista The Atlantis ha elaborado una guía diagnóstico para ayudarnos a descubrir el tipo de lector que llevamos dentro.
El lector
promiscuo: empieza un libro y no duda en abandonarlo por otro.
Así es su dieta lectora. No puede evitarlo. Le gusta demasiado leer
y no sabe decir que no.
El lector
ocupado I: amante de los libros, entra a una librería y no puede
evitar comprar varios ejemplares. Luego llega a casa y los coloca en
una estantería o en la mesita de noche como si fueran una obra de
arte. Pero está muy ocupado y tarda meses, años incluso, en abrir
los libros y leerlos. Cuando lo hace, lamenta haber tardado tanto en
leer esa maravillosa pieza literaria.
El lector
ocupado II: no le gusta leer, compra los libros para presumir.
El librófilo:
más que leer, le gustan los libros. Los viejos, por su olor, sus
arrugas y sus páginas amarillentas, y los nuevos, por su olor, su
frescura y su disponibilidad.
El lector
somnoliento: sólo tiene tiempo de leer cuando acaba el día, en
la cama. Está comodísimo y el libro es fantástico, pero no
consigue mantener los ojos abiertos y se despierta a las tres de la
mañana para cerrar el libro y apagar la luz.
El lector
aniquilador: siente pasión por los libros, los lleva a todas
partes y, por eso, toda su biblioteca está formada por libros con
las hojas sueltas, las cubiertas rotas y las páginas amarillentes.
Quiere tanto a sus libros que ni se da cuenta de que les hace daño.
El
multi-tarea: lee varios libros a la vez, confunde tramas y
personajes, pero siempre los termina.
El lector
cronológico: lento y constante. Se compra un libro, lo lee y
vuelve a la librería a por otro. Es la antítesis del lector
promiscuo. Sólo abandona un libro sin terminar de leerlo si tiene
una razón de peso y ni con esas se libra de los remordimientos de
conciencia.
El lector
cascarrabias: voraz a la par que exigente. Nunca deja un libro a
la mitad aunque no le guste nada y opine que el autor no sabe juntar
dos frases seguidas con sentido. Suele lanzar el libro contra la
pared.
El
anti-lector: nunca lee libros porque son demasiado largos.
El espíritu
libre: dícese de un adulto que lee literatura para jóvenes o de
un niño que lee libros para adultos. Antaño esto era causa de
sonrojo, pero ya no. La sociedad ha aceptado a estos espíritus
libres que nunca han hecho caso de las estrictas categorías del
mercado editorial.
Posiblemente te veas reflejado en alguno de ellos o por el contrario opinas que esta lista está incompleta o eres una mezcla de varios. Participa en este blog y haz tu comentario.
Fuente: http://blogs.elpais.com/papeles-perdidos/2012/09/que-tipo-de-lector-eres.html
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