Se cumple el 110 aniversario del nacimiento del poeta gaditano Rafael Alberti, último superviviente de la generación del 27. Andalucía quiere hacerse eco de este privilegio y elegir esta fecha para celebrar el Día de la Lectura.
La alocución de Pilar del Río, basados en textos de José Saramago, será la elegida por el Centro Andaluz de las Letras para celebrar esta efeméride.
El libro,
plataforma de comunicación entre personas
“Los
libros de todos los días” escribió José Saramago, en clara alusión al pan que
necesitamos a diario para mantenernos levanta-dos, con energías suficientes y
con la curiosidad y los sueños imprescindibles, es decir, para vivir de esta
manera que solemos llamar humana.
“Existe
una conciencia de lector” repetía José Saramago, mientras se preguntaba por qué
no somos más osados: “¿Por qué los lectores de un libro que se conocen y viven
más o menos cerca no se reúnen para hablar de ese libro? ¿Por qué la lectura
tiene que ser una actividad solitaria? ¿Por qué no un intercambio entre
lectores y libros? ¿Por qué no hablar de un libro que se acaba de publicar o de
otro que forma parte de nuestra cultura y de nuestra educación sentimental? No
propongo un sistema colectivista sino la acción dinámica que supone el
intercambio de ideas u opiniones sobre el libro. Porque este conjunto de
páginas es algo más que un objeto que se coloca en una estantería, el libro es
una plataforma de comunicación entre personas”.
“Leer es
un encuentro, sí, pero también una batalla” contó en Granada una tarde lluviosa
el escritor que acababa de recibir el Premio Nobel de Literatura y que seguía
leyendo con la pasión de quien se acaba de estrenar en una actividad que le
dará consistencia a la vida. “Leer es un auténtico diálogo entre mi
sensibilidad y mi pensamiento de lector y la sensibilidad y el pensamiento del
escritor. Leer es una relación”.
José
Saramago proponía relaciones libres y múltiples. Decía que cada libro lleva
dentro al menos una persona, el autor. A veces el número varía porque hay
lectores que deciden quedarse a vivir en ciertos libros. En cualquier caso hay
que tener cuidado cuando se pasa cerca de un estante, tal vez haya que
acariciar algún libro para que envejezca sin pena o para que no sienta el frío
del abandono. O sacarlo porque nos pide con energía ser leído porque para eso
fue escrito, para ser entendido por otra sensibilidad. Para hacer esa
plataforma de encuentro que José Saramago propone entre el pasado que somos y
el presente que empezamos dejar de ser.
“Leemos
porque vivimos, de alguna manera vivimos porque leemos. La vida nos empuja a
leer, el libro despierta el pensamiento, nos activa”. La reflexión de cada día,
la actividad cotidiana. El pan, la lectura, el encuentro. ¿Alguien da más? José
Saramago lo dio todo.
Pilar del Río
Me quedo con "El libro despieta el pensamiento, nos activa". La lectura nos ayuda a comprender lo que nos rodea y a comprendernos a nosotros mismos.
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