En el club de lectura de la Biblioteca hemos querido celebrar el día de la mujer con esta obra literaria escrita por Ignacio Martínez de Pisón ( Zaragoza 1960), al que le gusta crear personajes de carne y hueso con los que el lector empatiza. Nos narra la historia de una familia que tras la muerte repentina del padre tiene que salir adelante a toda costa.
Tres hermanas son las protagonistas: María, Carlota y Paloma. El escritor con gran soltura adopta la voz de cada una de ellas y todos los capítulos tomarán el nombre de las protagonistas, contándonos su historia en primera persona.
Ignacio Martínez de Pisón ha sabido plasmar muy bien la personalidad de las integrantes de esta casa familiar. En uno de los capítulos, en el que narra María, nos explica que desde que eran muy niñas sus relaciones se regían por un benévolo orden superior según el cual las virtudes y los defectos se repartían entre las tres de un modo bastante equitativo admitido por las tres, destacando las siguientes características:
A María se le consideraba: limpia, prudente, responsable, imaginativa, aplicada en los estudios, bien dotada para los deportes, y, al mismo tiempo, autoritaria, irascible, testaruda y algo proclive a dar bofetones.
A Carlota, en cambio, se le atribuía don de gentes y buen oído para la música y se le tenía por ingeniosa, alegre y dicharachera, pero también por llorona, desaseada e impuntual.
Paloma, por su parte era, mañosa y amable, buena dibujante y mejor cocinera, pero consentida, perezosa.
Con el telón de fondo de la transición española, y en una ciudad que no se llega a nombrar pero que por las pinceladas que da puede ser Zaragoza, las tres hermanas nos irán contando sus secretos y como han ido sobreviviendo en un entorno familiar difícil con una madre inmadura que no asume las responsabilidades que le ha tocado vivir.
Cuenta el autor que la novela nace de la curiosidad que le suscita las conversaciones entre las mujeres, argumentando: "las mujeres viven en un mundo lleno de secretos. Nosotros nos perdemos lo más importante de esas charlas, en las que se dicen cosas que nunca se dirían delante de un hombre". Sin duda el autor ha sabido plasmar muy bien el punto de vista femenino y para conseguirlo, exponía en una entrevista, ha tenido que leer mucha literatura escrita por mujeres sobre todo a Natalia Ginzburg, a la que él denomina "la escritora de mujeres infelices".
La novela ha suscitado un diálogo centrado en las relaciones familiares, las insatisfacciones personales y la búsqueda de la felicidad en entornos que a veces nos son los más adecuados. También nos ha permitido hablar del mundo de las subastas, relacionado con la profesión del padre y todo lo que se mueve alrededor.
A pesar de que las protagonistas viven sus experiencias en los primeros años de los 80 hemos visto que el despertar sexual de cada una de ellas podría encajar más con la época de la publicación del libro, 2003,que en los años en que el autor centra la novela.
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