martes, 16 de febrero de 2016

LA REGENTA LA PRIMERA LECTURA COMPARTIDA DEL AÑO


Como ya comentábamos en este Blog, el año viene plagado de clásicos para el club de lectura de la Biblioteca. En el mes de enero le ha tocado el turno a La Regenta obra publicada entre 1884 y 1885 en dos volúmenes del escritor Leopoldo Alas Clarín.

Leopoldo García-Alas y Ureña (Zaragoza 1852-Oviedo 1901) toma el sobrenombre de Clarín cuando colabora en el periódico republicano El Solfeo. Es un escritor avanzado a su tiempo con pensamiento krausista caracterizado por conciliar el racionalismo con la moral. Gana en Salamanca la cátedra de Economía política y Estadística que no la ocupó por ser considerado librepensador aunque más tarde la conseguirá en la Universidad de Oviedo.

Su carácter introvertido y el no ser agraciado físicamente le producen una introspección que le lleva a refugiarse en la literatura. Casado con Onofre García Agüelles, una mujer tremendamente dominante hace que su carácter evolucione a un ser misógino. Era temido y deseado como periodista y como crítico literario excepcional.

Sin duda La Regenta es la gran obra de este escritor. Al término de la misma se siente muy inseguro y va a ser su gran amigo Benito Pérez Galdós quien le convencerá de la calidad literaria de la obra.

La Regenta es una novela que dentro de un argumento sencillo tiene una gran complejidad. Para comenzar a entenderla tenemos que situarla en el tiempo que se desarrolla La Restauración, con un contexto cultural, ideológico y político preciso, en una ciudad provinciana de la época, Vetusta. La acción se desarrolla en espacios abiertos (la Encinada, La Colonia, la zona norte, Campo del Sol ) que nos van a permitir conocer la ciudad y sus gentes  y espacios cerrados ( Catedral, Casino, Teatro, casa de los marqueses de Vegallana, del Magistral y de Ana Ozores) que van a ser núcleos de contacto para conocer a los personajes.

Las 974 páginas de la novela narra la historia de Ana Ozores, una joven casada con Victor de Quintanar, un hombre mayor que ella preocupado únicamente por la caza y el teatro, ex Regente  de la Audiencia Local. Ésta se verá asediada por su director espiritual, el clérigo D. Fermín de Pas y un vulgar conquistador Álvaro Mesías. Las muchas frustraciones de Ana, el abandono de su marido, la carencia de hijos, los problemas de salud... y el entorno hipócrita de la sociedad vestustense es lo que marcará el ritmo de la novela que en la primera parte (capítulo I-XV) es lenta y muy descriptiva pues transcurren únicamente en tres días frente a la segunda parte ( capítulo XVI-XX) es ágil, dinámica,temporal y la acción transcurre a lo largo de tres años, desarrollándose en  esta parte el conflicto  y el desenlace.

Pero la historia de Ana Ozores con sus avatares afectivos y religiosos no es lo más importante de la novela, como decía anteriormente, esta es compleja por la temática y los conflictos internos de los personajes que se contienen unos en otros. Clarín logra de una forma sutil y despiadada mostrarnos el desfile de clases sociales, todas ellas representadas en la novela (aunque en menor medida la clase media) y  poner en tela de juicio el poder religioso que mediante el uso y el abuso de la confesión crean en Ana una presión moral constante, la murmuración como forma de dominio y presión social que condiciona todas las acciones, los conflictos amorosos que unidos a los religiosos llevan a una falta de libertad y así, en toda esta amalgama, el escritor mediante el conflicto interior de los personajes manifiesta una crítica punzante y demoledora.


Durante la lectura de La Regenta, parte de los miembros del Club de lectura tuvimos la suerte de asistir dentro de la actividad del Maxi Club "Lecturas Redondas"organizada por la Biblioteca Provincial de Córdoba a la charla-coloquio impartida por Carmen Fernández Ariza (catedrática y doctora de literatura de la UCO y experta en esta obra literaria).










A través de análisis de la obra Carmen Fernádez nos expuso otra forma de leer la Regenta basándose en el estudio que tiene realizado sobre el erotismo en la gastronomía de La Regenta. La obra está repletas de sugerencias eróticas que quizás muchas veces nos son tan precisas porque la educación de Clarín no le permitía se más explicito.

Poco a poco fuimos descubriendo algunas de las escenas donde Clarín nos muestra con sutil ironía, un mundo caduco que alrededor de la mesa muestra las debilidades erótica, un ejemplo de ello es en el cap XIII la comida en casa de los marqueses de Vegallana donde se celebra el santo del marqués, en el capítulo XIV la cena del Magistral después de venir de casa de los marqueses o el desayuno que Teresina sirve al Magistral D. Fermín de Pas en el capítulo XXI, entre otras muchas insinuaciones. El famoso desayuno decía así :

"Cuando oía, desde su despacho, muy temprano, el «Santo Dios, Santo Fuerte», que cantaba como si fueran malagueñas, Teresina, que hacía la limpieza allá fuera, tentaciones sentía de cantar él también. No cantaba, pero se levantaba, salía al pasillo.

Teresina, el chocolate -gritaba alegre, frotándose las manos.

Y pasaba al comedor.

La doncella, a poco, llegaba con el desayuno en reluciente jícara de china con ramitos de oro. Cerraba tras sí la puerta, y se acercaba a la mesa; dejaba sobre ella el servicio, extendía la servilleta delante del señorito... y esperaba inmóvil a su lado.

Don Fermín, risueño, mojaba un bizcocho en chocolate; Teresa acercaba el rostro al amo, separando el cuerpo de la mesa; abría la boca de labios finos y muy rojos, con gesto cómico sacaba más de lo preciso la lengua, húmeda y colorada; en ella depositaba el bizcocho don Fermín, con dientes de perlas lo partía la criada, y el señorito se comía la otra mitad.

Y así todas las mañanas"

Infinidad de detalles que a lo largo de los XXX capítulos de esta grandísima obra de la literatura española.  podemos ir descubriendo.





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