La Bruja Berta vivía en un bosque con en una casa negra por fuera y negra por dentro. Las alfombras eran negras, las sillas eran negras, la cama era negra...hasta su gato Bebo era negro....Y así comenzaron los problemas.
Cuando Bebo se sentaba en la silla con los ojos abiertos, Berta lo podía ver, pero cuando Bebo cerraba los ojos y se ponía a dormir, Berta no lo veía para nada y estonces se sentaba encima.
Cuando Bebo se acostaba en la alfombra, como tuviera los ojos cerrados, Berta no lo veía y tropezaba con él.
Un día después de una caída muy fea, Berta decidió que algo había que hacer. Tomó una varita mágica la agitó una vez y ABRACADABRA!!!, Bebo dejó de ser un gato negro y ahora se convirtió en el mostruo de
las galletas de un color tan azul como el agua de la piscina. Berta pensó que al no ser negro ya siempre lo podía ver. Pero uno de esos días de mucho calor Berta decidió darse un bañito en la piscina, no vio al mostruo que estaba dentro, pues era del mismo color que el agua y casi se ahoga. Esta vez Berta se puso furiosa, tomó su varita mágica la agitó cuatro veces y...ABRACADABRA!!!
Bebo tenía la cabeza blanca, orejas de conejo, piernas de colores, los bigotes azules... Ahora podía ver a Bebo por todas partes auque trepara a lo alto del armario. Pero...Bebo estaba triste, se veía feo y ridículo y él lo sabía. Se quedó en lo alto de una estantería cargada de libros para esconderse, todo el día y toda la noche. A la mañana siguiente Bebo seguía subido allí arriba.
Berta estaba preocupada. Quería a Bebo y no le gustaba que se sintiera triste. Entonces Berta tuvo una idea. Agitó su varita mágica y ABRADABRA!!! Bebo fue otra vez un gato negro!!! Y bajó de la estantería muy contento. Berta agitó nuevamente su varita mágica UNA, DOS, TRES....ABRACADABRA!!!
Ahora en lugar de una casa negra, tenía una casa blanca, con el techo morado, y una puerta colorada. La alfombra era de colores, las sillas amarillas, la cama azul y el baño blanco.
Y ahora Berta podía ver a Bebo no importaba donde estuviera.
LO QUE MAS NOS GUSTO: LA MORALEJA! No debemos cambiar la naturaleza de los demás. Debemos ser tolerantes. La tolerancia es aceptar a los demás tal como son. A veces para que las cosas cambien debes de empezar por ti mismo.
Las actividades realizadas después del cuento:
Uno de los asistentes al cuenta-cuentos, se animó a representarnos el mismo relato. Le colocamos todo lo necesario para convertirlo en el Brujo Antonio, y volvio a transformar al gato Bebo en el mostruos de las galletas, el conejo colorido.......... Para finalizar le dimos un gran aplauso a nuesto brujillo.
Y........ dibujamos a la BRUJA BERTA
Cuando el adulto pueda disfrutar simplemente de la literatura infantil sin buscar ninguna moraleja, es porque empezó a pensar como un niño.
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