La inauguración corrió a cargo del propio José Calvo Poyato, que presentó Dueños del mundo, su último libro. En esta charla, el profesor desmitificó la imagen oscura de Felipe II, heredada de británicos, franceses y holandeses – que han pintado al monarca como un gobernante siniestro. Calvo Poyato destacó dos aspectos esenciales:
- La anexión de Portugal (1580):
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Intereses esotéricos:
Felipe II no solo fue rey, sino un estudioso de la alquimia, la astrología y las ciencias ocultas, facetas que humanizan al monarca y revelan su curiosidad intelectual.
Con este enfoque, Calvo Poyato invitó al público a reconsiderar la figura de Felipe II más allá de los estereotipos.
También el 7 de mayo, la escritora Sandra Aza Bolarín ofreció la conferencia “La leyenda negra en la novela histórica”, donde analizó el peso de una narrativa que durante siglos ha lastrado la dignidad de España. Señaló tres pilares de esa leyenda:
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La difamación de Felipe II, acusado injustamente de tiránico, cuando en realidad supo construir un imperio multicultural – “un imperio que empezó hablando flamenco”, señaló Aza.
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La Inquisición española, objeto de múltiples mitos y malentendidos que han oscurecido su complejidad y alcance real.
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El supuesto genocidio en América, una interpretación simplista y manipulada de los procesos coloniales.
Aza defendió la novela histórica como herramienta para rescatar voces olvidadas y ofrecer lecturas más equilibradas de nuestro pasado.
El segundo día, 8 de mayo, el novelista Jorge Molist presentó El español, su obra recién publicada. Molist transportó al público a la España del siglo XVIII, en el momento de máxima extensión territorial del imperio hispánico, con un recorrido “a un lado y al otro del Atlántico”. Entre los hallazgos de su investigación, subrayó la figura de Bernardo de Gálvez, militar malagueño cuya valentía fue decisiva para la independencia de Estados Unidos. Además, reveló la historia de “un amor prohibido, intenso y muchas veces desesperado” y de una venganza que impulsa al protagonista a cruzar el Atlántico para luchar contra los británicos.
Molist defendió la novela histórica como puente entre el pasado y el presente:
“Es imprescindible saber lo que ha pasado antes para entender lo que ocurre hoy; el público tiene curiosidad por conocer qué hicieron nuestros antepasados y ahí está la novela histórica, que nos ofrece menús muy variados”.
La clausura de las jornadas corrió a cargo de Carmen Posadas, quien en un ameno diálogo con José Calvo Poyato desgranó los personajes históricos que pueblan sus novelas. Habló de la duquesa de Alba, protagonista de La hija de Cayetana, y de la célebre perla peregrina, así como de las anécdotas del Titanic y Emlia Pardo Bazán en El misterioso caso del impostor del Titanic, un homenaje a las novelas clásicas de Agatha Christie o Sherlock Holmes. Posadas destacó cómo la recreación literaria puede dar nueva vida a figuras tan conocidas, invitando al lector a descubrir matices insospechados.
Las III Jornadas de Novela Histórica de Baena se consolidan así como un espacio de reflexión y disfrute, donde académicos y escritores dialogan con el gran público. La Fundación Caja Rural de Baena reafirma con esta iniciativa su compromiso con la cultura y el legado histórico.
Queda abierta la expectativa para próximas ediciones, en las que sin duda se seguirán explorando los misterios y las leyendas que han forjado nuestra historia.