Ambientada en la ciudad de Córdoba, narra las aventuras de Quintín García Roelas, un joven cordobés muy problemático que abandona su ciudad para ir a estudiar a un internado inglés. Después de ocho años vuelve a ella para emprender un nueva vida y convertirse en un " hombre de acción" y descubrir lugares vinculados a los diferentes grupos sociales de Córdoba como :
- La aristocracia venida a menos en el palacio del marqués de Tavera
- la clase trabajadora en la relojería de su amigo Springer
- los mendigos en el patio de los Naranjos
- pícaros y bandoleros en la taberna del Cuervo
La novela está ambientada poco antes de la Revolución de 1868 "La Gloriosa" donde Isabel II pierde el trono. Este hecho se reduce a un capítulo donde el narrador contará de forma sarcástica el acto revolucionario protagonizado por los masones, donde le cortan el cuello a un retrato de Isabel II . Posiblemente para recrear la atmósfera anterior a 1869 Baroja utilizó el libro Paseos por Córdoba de Ramírez de Arellano (1873-1877), pero la mayor parte de la obra está ambientada en el primer tercio del siglo XX, y concretamente en el año 1904, época en la que don Pío Baroja, huyendo del frío mes de enero madrileño, decide pasar en Córdoba dos meses, ya que las circunstancias económicas del momento lo permitían pues acababa de cobrar sesenta duros por unos artículos publicados en un periódico. Contacta con personajes ilustres de la ciudad tales como Julio Romero de Torres, el escultor Mateo Inurria, Agustín Fraguero, el librero Pedro de Vegas y Antonio Losada Campos con el que paseó culturalmente por Córdoba .
Pio Baroja basándose en la observación de la realidad inmediata, recogerá un cúmulo de impresiones y anécdotas que irá recogiendo para crear la novela la feria de los discretos un año después y donde se aprecian una importante carga autobiográfica.
Intervienen personajes muy conocidos de la tierra como el bandolero ecijano Pacheco, amigo nocturno de los toreros Bocanegra y Lagartijo con los que compartirán noches de juega en la taberna del Cuervo o el relojero Springer, que corresponde a la intervención figurada de la novela, de su amigo real, el suizo Schmtiz.
La ciudad de Córdoba que describe coincide a grandes rasgos con la realidad social y la ideosincracia que caracteriza a la época, logrando crear un documento antropológico de Córdoba en este tiempo.
Tras la publicación de la novela, muchos cordobeses la criticaron porque no deja en buen lugar a los lugareños y es que la obra en sí es una crítica al estancamiento económico que tiene la ciudad. Esta crítica la lleva a cabo a través del periódico de prensa satírica La Víbora (fundado en Córdoba por José Navarro Prieto) y con las conversaciones que tiene con su amigo Springer y el padre de éste.
El título de la novela también admite una lectura irónica. En el capítulo 32 titulado: la feria de los discretos, Quintín resume la concepción que tiene de los españoles y sobre todo de los andaluces. En una conversación mantenida con él, los suizos Springer dicen: este pueblo, como casi todos los españoles viven una vida arcaica. Todos tienen un cúmulo enorme de dificultades. Todos son puntos muertos y los cerebros no andan....No obstante para su padre, suizo de nacimiento, el progreso no se puede dar en Córdoba porque "no hay hombres que empujen para adelante, como en nuestro país. Su hijo sin embargo si cree que haya, pero solos como están, terminan por no ver la realidad, y llegan a ser hasta perjudiciales.
Pero más allá de las críticas que los intelectuales de la época como Baroja, Azorín y Maeztu hicieran con un intento de cambiar España, la novela nos da un paseo por Córdoba, recreando calles, plazas y casas que aún existen.
El catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Córdoba, Antonio López Ontiveros, ha señalado en un estudio sobre la imagen geográfica de Córdoba en la literatura viajera de los siglos XVIII y XIX que esta novela se puede interpretar como " la prolongación romántica de Córdoba"
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